viernes, 22 de mayo de 2009

Prestar o atracar


Un hombre de 60 años decide asaltar un banco para exigir3.000 euros que le habían denegado en un crédito



Prestar o atracar
BENETÚSSER. La oficina atracada. /D. TORRES

Le denegaron un crédito y decidió asaltar la sucursal. Estos son los hecho protagonizados por J. M., un hombre de cerca de 60 años, ahogado por los pagos, que optó conseguir con un atraco los 3.000 euros que le habían denegado en esa sucursal.

El ahora detenido ya tenía antecedentes penales por asaltos a sucursales bancarias. No obstante, el atraco del pasado martes fue diferente, singular, movido, al parecer, por la necesidad económica. E incluso cómico en su desenlace final.

J. M. acudió a su entidad bancaria de toda la vida, en la localidad de Benetússer. De hecho, tiene domiciliada una pensión de invalidez en esa oficina desde hace más de 20 años. Su rostro no resultaría extraño a los trabajadores.

El hombre se acercó a la ventanilla y solicitó 3.000 euros en efectivo. Pero en su libreta no tenía fondos suficientes. Como es lógico, le denegaron la petición. El cliente justificaba su solicitud diciendo que necesitaba el dinero para pagar unas deudas. Pero en el banco no cedían.
Un préstamo a la fuerza

Eran alrededor de las 13 horas cuando decidió que lo que no había logrado por las buenas lo iba a intentar hacer por las malas. Así que, esperó a entrevistarse con el director de la sucursal con el fin de solicitar un préstamo de 3.000 euros. Un respiro en su situación.

Pero ni siquiera llegó a estudiarse la posibilidad de la operación porque con sus ingresos no llegaba a los requisitos mínimos para lograr un préstamo.

Al recibir la segunda negativa del día, el hombre aseguró que no saldría de allí sin el dinero que necesitaba. Entonces, amenazó al director de la sucursal, y le dijo que llevaba una pistola en el bolsillo, que luego resultó ser un simple juguete. Tampoco llegó a sacarla en ningún momento. El atracador no exigió en ningún momento una mayor cantidad de dinero, sino que se limitó a solicitar los 3.000 euros sin ningún tipo de avaricia.

Una vez logró su objetivo salió de la sucursal con la mayor tranquilidad del mundo. Tan despreocupado se marchó, que se dejó olvidado su carné de identidad. Este mismo documento fue el que presentó la sucursal bancaria junto a la denuncia. Alrededor de las 15 horas, el atracador era arrestado en su domicilio.

Tras pasar la noche en el cuartel de Alfafar, el arrestado fue trasladado ayer a las dependencias judiciales de Catarroja. A continuación, ingresó en Picassent.

No hay comentarios: