miércoles, 20 de mayo de 2009

La falta de armas impide a la policía hacer frente a un atraco con rehenes


Cinco ladrones asaltan con pistolas un supermercado de Piles y retienen a los empleados



En la calle, dos policías locales desarmados, y en el interior del supermercado, cinco encapuchados con pistolas y un machete. Un supermercado Consum de Piles situado en la carretera Nazaret-Oliva fue escenario, el viernes, de un atraco a mano armada por parte de cinco ladrones. Tomaron como rehenes a los seis trabajadores que se encontraban en el comercio para apoderarse de la recaudación.

La falta de pistolas impidió a los efectivos de la Policía Local acceder al hipermercado para hacer frente al robo. Los agentes desconocían si todavía se encontraban en su interior los maleantes y se vieron obligados a esperar a la Guardia Civil, que llegó más tarde, para poder intervenir sin poner en peligro sus vidas.

No hubo heridos, pero los empleados sufrieron una de sus peores pesadillas. Los delincuentes eligieron las diez de la noche, hora de cierre del establecimiento, para cometer el asalto. Los empleados de las cajas se disponían a salir cuando entraron cinco personas con pasamontañas negros, guantes de goma y vestidos con chándal. Dos de ellos portaban pistolas y otro, un machete, según fuentes próximas a la investigación.

Los ladrones dirigieron a los seis trabajadores hacia un habitáculo del supermercado. Una vez dentro, los encapuchados les pidieron los teléfonos móviles y las llaves. Las víctimas obedecireron sin rechistar. Sin embargo, una de las trabajadoras llevaba dos celulares. Cuando los atracadores cogieron a dos de los rehenes para que, a punta de pistola, les llevaran hasta la caja fuerte, la empleada telefoneó a su marido para informarle de la terrible situación y le pidió que avisara a la policía. Los delincuentes se llevaron unos 5.000 euros, volvieron a dejar a los trabajadores encerrados en el cuarto e inmediatamente se marcharon. Todo ello en no más de 15 minutos.

Cuando llegaron los dos agentes de la Policía Local, se quedaron controlando en una esquina, pero no entraron a ver qué ocurría en el local. Los efectivos no iban armados porque el Consistorio no les dota de estos instrumentos, por lo que se vieron obligados a esperar a que llegara la Guardia Civil. No sabían que los maleantes ya se habían marchado. Cuando llegaron los agentes de la Benemérita, entraron juntos. Los ladrones ya habían escapado. Sólo estaban los rehenes, que pedían auxilio en el cuarto.

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