jueves, 5 de marzo de 2009

Les piden 12 años de cárcel por prostituir a brasileñas que venían a jugar al fútbol


  • El fiscal acusa a tres mujeres y un hombre de Valencia.
  • Las llevaron engañadas a un piso donde tendrían que "trabajar".

EUROPA PRESS.

El ministerio fiscal reclamó este miercoles en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia una pena de 12 años de prisión para cuatro personas acusadas de obligar a ejercer la prostitución a dos mujeres que captaron en Brasil, con la promesa de que en Valencia iban a juzgar en un equipo de fútbol femenino. Los acusados no quisieron prestar declaración ante el juez, aunque comentaron a los periodistas que eran "inocentes" y que "todo ha sido un montaje de la Policía".

El fiscal pedía inicialmente 22 años de prisión

El fiscal pedía inicialmente una pena de 22 años de prisión para los cuatro acusados, tres mujeres y un hombre, por dos delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y otros dos de prostitución, aunque finalmente eliminó un delito contra los derechos de extranjeros, y rebajó también el primero a seis años.

El ministerio público mantuvo la petición de cárcel a pesar de que no acudieron al juicio ninguno de los testigos requeridos, ni tan siquiera las dos mujeres víctimas. Este mismo motivo fue utilizado por la defensa para pedir la absolución de sus representados, al alegar que no se expuso hoy ninguna prueba que corroborase la acusación del fiscal.

Los hechos sucedieron en septiembre de 2005

Los hechos tuvieron lugar en el mes de septiembre de 2005, según el relato del acusador público, cuando los cuatro acusados, un hombre de 51 años, y tres mujeres de 27, 30 y 46, captaron a dos mujeres en Brasil con la promesa de que iban a jugar en un equipo de fútbol femenino.

Para ello, el hombre, que era el 'jefe' del equipo, les facilitó los billetes de avión y les comentó que su importe los había satisfecho su hermana. Una vez llegaron a Valencia, las recogió una acusada y las trasladó hasta un piso ubicado en la avenida Peris y Valero, el cual era conocido como 'La Samba'.

Un piso "para trabajar"

Una vez en el piso, les enseñaron varias habitaciones que les dijeron que eran "para trabajar" y otras de alojamiento. Fue en ese momento cuando las mujeres se dieron cuenta del engaño y de que, realmente, su "trabajo" era la prostitución.

Las mujeres intentaron salir del piso pero el jefe y una de las acusadas, la dueña del piso, se lo impidieron. Por ello, durante aproximadamente un mes, estuvieron ejerciendo la prostitución bajo coacciones y amenazas, sin percibir dinero alguno por los servicios que prestaban. Las víctimas, a las que se les dijo que "sus cuerpos podían aparecer en un lago o tirado por ahí", pudieron escapar del piso en un despiste de una de las acusadas, que les vigilaba constantemente.

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